Una maloca-museo para Feliciano Lana, el hijo de los dibujos oníricos
DOI:
https://doi.org/10.29147/dat.v5i3.245Palabras clave:
Arte indígena, Arte Contemporáneo, Legado, MemoriaResumen
Cuando un maestro muere se lleva multitud de experiencias y conocimientos, así nos sentimos cuando perdimos al señor Feliciano Lana, un indígena del pueblo Desana que tomó Covid-19 en esta crisis de salud mundial. El texto que comparto aquí es un reclamo de lo que el Sr. Feliciano Lana representa para los artistas indígenas contemporáneos y también un intento de llevar su memoria más allá de los límites de las aldeas indígenas. Es necesario entender la producción de Lana como una geografía importante en la que podemos repensar el arte brasileño, o el arte original. El legado que nos deja Lana es una base de datos, conocimientos mágicos y cotidianos que conectan los mundos, que necesitan ser estudiados, preservados y compartidos con todos, especialmente con los que están por nacer. Como artista indio, necesito cuidar la memoria para que esté presente en los pensamientos vivos, porque comprender el pasado es cuidar que el futuro sea una buena experiencia para los que vendrán. Es necesario como artista pensar en un arte-pussanga y una maloca-museo para ampliar el significado del arte.